La semana pasada el delantero brasileño Robinho vio frustrado su fichaje en el Santos, club que lo vio nacer, tras las presiones de los patrocinadores por la condena de nueve años de cárcel que pesa en su contra. El jugador, de 36 años, fue sentenciado en 2017 por un tribunal de Milán por su supuesta participación en una violación colectiva contra una joven de origen albanés de 23 años.
En su defensa, Robinho asegura que es inocente y que el sexo fue consentido con la mujer. Sin embargo, la polémica se da en medio de una filtración de los pinchazos telefónicos que usó la Justicia italiana para condenar al futbolista, donde afirma que le importaba "un comino" porque "la mujer estaba completamente borracha".
A raíz de esto, la ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de Brasil, Damares Alves, afirmó que Robinho "debe ir a la cárcel inmediatamente". "Cárcel inmediatamente, no tengo más que decir. Aún cabe recurso, pero la filtración de los audios… ¿Qué más quieren? Cárcel. Ningún violador puede ser aplaudido", aseveró Alves.
"La sensación de aquello me provocó náuseas, ganas de vomitar. Fue fatal leer lo que leí de un jugador de su porte", dijo la ministra sobre las llamadas telefónicas del delantero, según señala Marca.
La ministra señaló que el futbolista no merece ninguna consideración. "No tenemos que hacer concesiones con este tipo de crímenes. Tiene que cumplir la pena establecida, o allí o aquí, inmediatamente", completó.
Sin embargo, la condena dictada por la Justicia italiana no es firme y cabe recurso, por lo que Robinho aún no puede ir preso. Además, la Constitución prohíbe además la extradición de brasileños natos, aunque, eventualmente, las autoridades de ambos países podrían llegar a un acuerdo.
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