Todavía el sueño está vivo. Manchester City festejó en Wembley y dejó sin posibilidades a Manchester United de lograr su segundo título de la temporada: ganó por 2-1 en la final de la FA Cup y mantiene la ilusión de conseguir el triplete si consigue la UEFA Champions League.
En un partido de alto vuelo, el trámite se abrió casi desde el vestuario en favor del equipo de Pep Guardiola, pero los Diablos Rojos lograron emparejar mediante un disparo desde el punto de penal. Sin embargo, en el complemento cambió su curso y festejaron los Citizens.
Apenas 12 segundos demoró Ilkay Gündogan en romper la paridad. Una jugada de pizarrón desde el saque inicial le permitió abrir la cuenta. Precisamente, todo comenzó desde sus pies cuando jugó atrás desde la mitad de cancha para que Stefan Ortega controle y juegue largo.
Tras el disparo del arquero, Erling Haaland bajó con la cabeza y en segunda instancia Kevin De Bruyne disputó el balón en las alturas con Victor Lindelöf, pero el rechazo corto del defensor le dio la chance a Gündogan de sacar un fuerte remate de derecha que se clavó en el ángulo.
El City no se conformó y casi encuentra el segundo de inmediato con un cabezazo de Rodri que se fue junto al palo izquierdo. De igual manera, Haaland encaró al área e intentó con un tiro que se elevó y se fue por encima del travesaño del arco defendido por David De Gea.
Poco más tarde, De Bruyne probó de media distancia con un disparo de zurda que salió contra el poste izquierdo. Aunque la historia cambió de golpe tras la mano de Jack Grealish dentro del área luego de un cabezazo Aaron Wan-Bissaka que el árbitro no observó, pero sí el VAR.
Tras el llamado, interrumpió las acciones y observó en la pantalla para sancionar la pena máxima en Londres. Bruno Fernandes se encargó de la ejecución y con un sutil remate cruzado de derecha al ras del suelo a la diestra de Ortega, quien eligió el palo contrario, lo empató.
Incluso Raphael Varane pudo haberlo dado vuelta por el segundo palo, pero su tiro se fue cerca del palo derecho. Ya para la segunda mitad, los de Guardiola volvieron a lastimar de entrada y con una fórmula parecida: la jugada preparada desde un balón detenido.
De Bruyne lanzó un tiro de esquina desde la derecha para Gündogan, quien sobre la medialuna esta vez remató de volea con la zurda para colocar la pelota, previo pique en el suelo y con colaboración de De Gea, junto al poste derecho para volver a adelantar a los Citizens.
Desde ese momento, el encuentro se tornó de ida y vuelta. De Bruyne pudo haber aumentado, pero provocó una buena reacción del arquero, al igual que Marcus Rashford, quien intentó con un disparo elevado sobre el borde del área. Gündogan clavó su hat-trick, pero fue anulado.
El ingresado Alejandro Garnacho lo tuvo con un gran remate de derecha a colocar que se fue junto al palo izquierdo. Bernardo Silva cruzó también un tiro por derecha que no llegó a empujar a la red Manuel Akanji por el segundo palo. Haaland también lo tuvo de rebote.
Y sobre el cierre, el travesaño salvó el arco de Ortega después de un cabezazo de Varane y en el rebote Scott McTominay intentó también por la misma vía, pero el arquero despejó al saque de esquina. Todo fue desahogo de un lado y total desilusión en la otra vereda.
Manchester City aguantó como pudo las embestidas, pero terminó festejando y se aseguró el segundo título en la presente campaña, lo que le permite quedar a un paso de conseguir el triplete por primera vez en su historia si supera a Inter en la final de Champions League.
Foto: Robin Jones/Getty Images