Solo era cuestión de esperar al anuncio, el que, finalmente, llegó: Kai Havertz es nuevo jugador de Arsenal. El delantero alemán no necesitó moverse de Londres y, luego de su tiempo en Chelsea, se unió a los Gunners por un contrato a largo plazo.
Fueron tres temporadas en las que el atacante permaneció en los Blues, en los que disputó 139 encuentros, en los que anotó 32 goles y brindó 15 asistencias. En este período, en 2021, conquistó la UEFA Champions League, siendo determinante con su gol en la final, ante Manchester City.
"Es muy emocionante para mí unirme a este increíble club y ser parte de la familia de Arsenal. Este club tiene una gran historia y espero que podamos lograr muchas cosas", dijo el jugador, de 24 años, ante el sitio oficial de su nueva institución.
"La mentalidad en la plantilla de Arsenal es muy alta y eso se nota. Esa fue una de las razones por las que ha sido tan difícil jugar contra Arsenal, recientemente. El objetivo es ganar trofeos y voy a dar todo para hacerlo. Ahora, tengo muchas ganas de conocer a todos los jugadores y al personal cuando volvamos para la pretemporada", agregó.
Mikel Arteta se pronunció sobre el arribo del ex Bayer Leverkusen y dijo: "Kai es un jugador de primera calidad. Tiene una gran polivalencia y es un jugador inteligente. Aportará una gran cantidad de fuerza extra a nuestro mediocampo y variedad a nuestro juego".
En la misma línea, manifestó: "Damos la bienvenida a Kai y su familia a Arsenal. Estamos emocionados de comenzar a trabajar con él cuando comencemos pronto los entrenamientos de pretemporada".
A través de sus redes sociales, Havertz publicó una carta de despedida a Chelsea: "Con el corazón apesadumbrado… diciendo adiós al club que se ha convertido en mi segundo hogar, y a los increíbles fanáticos que me han apoyado a lo largo de este increíble viaje".
El delantero se convirtió en el primer fichaje de Arsenal, a cambio de 65 millones de libras esterlinas, y todo indica que el siguiente objetivo de los Gunners será el mediocampista Declan Rice, por quien ofreció 100 millones, más cinco adicionales, a West Ham, y se transformaría en el futbolista británico más caro de todos los tiempos.
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