Mientras menos mensajes de texto, las parejas van a privilegiar las conversaciones en persona y más profundas.
En la era de las nuevas tecnologías, Internet y las redes sociales, las relaciones de pareja y los vínculos también se han tenido que adaptar a esa realidad.
Una de las herramientas más utilizadas por los usuarios es WhatsApp, la aplicación líder de mensajería instantánea. Sin embargo, contrario a lo que podría pensarse, mientras menos mensajes te envíe tu pareja, más te ama.
Así lo afirma el estudio «¿Los mensajes de texto constantes son buenos o malos para tu relación?», Theresa E. DiDonato, doctora en psicología de la Loyola University Maryland.
DiDonato explica que las generaciones actuales han optado por enviar mensajes de texto constantemente a sus intereses románticos y comenzar así su relación y existen tres razones principales para ello:
1. No requiere ser espontáneo, ya que se tiene tiempo para responder de manera creativa y lucir mejor ante la otra persona.
2. No se nota la comunicación física, lo que podría contaminar sus mensajes, como nerviosismo o sobre excitación.
3. Mandar un texto suele ser menos complejo que tener una conversación cara a cara.
La especialista señala que no conocer un límite con ellos podría desencadenar una ruptura y se debe en gran medida a la ansiedad que conlleva. Mientras más mensajes se reciben, mayor necesidad hay de contestar lo que crea un ciclo de mantenimiento en la relación.
«Este puede ser un patrón que crea un sentido de conexión y dependencia si es balanceado, pero si ocurre en exceso podría desencadenar sobredependencia al grado de evitar que la pareja realice otras actividades», señala.
Además, si la única conexión es un mensaje, muchas veces no se sabe la intención, el tono o qué interpretación se debe hacer a esas palabras, debido a la ausencia de la comunicación no verbal.
«Sin señales no verbales, los mensajes pueden llevar a las personas a sentir incertidumbre y ansiedad porque pueden malinterpretar los mensajes. Por ejemplo: «sólo me dijo ‘hola’ ¿A qué se refiere con eso?», agrega.
La clave, según DiDonato, está en establecer reglas o normas sobre cómo entender los mensajes que se envían, como una forma de prevenir la frustración.
En conclusión, la profesional señala que mientras menos mensajes intercambien las parejas, privilegiaran las conversaciones en persona, con el lenguaje no verbal y más profundas.
«Ya sea que una relación recién esté comenzando o bien establecida, tener reglas o normas claras sobre cómo ocurrirán los mensajes de texto puede evitar algunas de las frustraciones que la tecnología puede introducir en la mezcla», señaló.
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