«El señor de los anillos» es una saga épica llena de batallas multitudinarias, pero curiosamente también una muy reacia a matar a sus protagonistas. De los nueve compañeros que partieron de Rivendel, J.R.R. Tolkien dispuso que únicamente muriera Boromir tras sucumbir a la seducción del Anillo Único. Así, los miembros restantes de la Comunidad del Anillo se las verían difícil, pero todos volverían a casa sanos y salvos.
De esta forma también quiso mantenerlo Peter Jackson en su adaptación cinematográfica, pero para lograrlo tuvo que enfrentarse a los productores del estudio New Line, quienes querían que como mínimo un hobbit muriera a lo largo de la saga.
Así lo aseguraron en su nuevo podcast «The Friendship Onion», Dominic Monaghan y Billy Boyd, quienes encarnaron a los hobbits Meriadoc «Merry» Brandigamo y Peregrin «Pippin» Tuk en la trilogía de Jackson, recoge IGN.
«Peter Jackson estaba siendo presionado desde arriba para que uno de los cuatro hobbits muriera en la película, a pesar de que en las novelas sobrevivían. Por suerte, Jackson no aceptó estas exigencias», contaron. Más allá de Bilbo Bolson (Ian Holm), solo hay cuatro hobbits protagonistas en la película: los encarnados por Monaghan y Boyd, y Frodo Bolsón y Samsagaz Gamyi interpretados por Elijah Wood y Sean Astin. De modo que había un número limitado de opciones, y Monaghan está seguro de que si el estudio se hubiera salido con la suya habría sido Merry quien muriera.
«Es bueno que no haya sucedido, porque habría sido yo. Seguro que habría sido yo. Era imposible que mataran a Frodo y Sam, y los únicos que quedarían serían Merry y Pippin. A Pippin no le matarían porque tenía un vínculo muy fuerte con Gandalf. Definitivamente habría sido yo», manifestó el intérprete.
Durante «El retorno del rey», de hecho, hay un punto en el que Merry acaba muy malherido tras su enfrentamiento con el Rey Brujo en la batalla de los Campos de Pelennor: no cuesta imaginarse que fuera en este tramo donde a Jackson le exigieran que el hobbit debía morir heroicamente, quizá en los brazos de su amigo Pippin.
«Creo que Pete, con toda la razón, dijo esto es un punto luminoso de la obra, y tenemos que ceñirnos a él. Y se mantuvo firme. Estoy agradecido de que no ocurriera», concluyó Monaghan.
Foto: New Line.